miércoles, 3 de abril de 2019

Layer cake de chocolate blanco y dulce de leche

¡Buenos y lluviosos días! Por Asturias ya echábamos de menos la lluvia. Mucho nos quejamos cuando llueve, pero cuando no también. Aunque el día esté gris, traigo una receta que alegra a cualquiera. Como os comenté la semana pasada, hoy (aunque debería haber sido ayer) toca otra tarta, pero esta vez más golosa. Bueno no más, si no mucho más. La combinación de chocolate blanco y dulce de leche nos puede hacer chirriar los dientes, pero  os aseguro que aunque es una tarta muy dulce está deliciosa. Algunos días podemos permitirnos un exceso y un 25 cumpleaños, como fue en esta ocasión, no merece menos.

¿Estáis listos para endulzaros el día? Vamos a por la receta porque tiene pinta de volver a ser una de las largas. Intentaré no enrollarme mucho, pero os adelanto que viene un aluvión de fotos.

INGREDIENTES:

Bizcocho:
6 huevos
180 gr. de azúcar
225 gr. de harina de trigo todo uso
225 gr. de chocolate blanco de cobertura
100 gr. de mantequilla
1 sobre (16 gr.) de levadura química (tipo Royal)
Una pizca de sal

Ganache de chocolate blanco:
480 gr. de chocolate blanco de cobertura
300 ml. de nata para montar

Relleno:
Un bote de dulce de leche

PREPARACIÓN:

Lo primero que vamos a hacer es el ganache, ya que tiene que reposar un mínimo de 8 horas.

Troceamos lo más que podamos el chocolate blanco y cubrimos con la nata que habremos calentado sin que llegase a hervir. Esperamos un minuto y removemos. Primero veremos que el chocolate se va haciendo una pasta  que no se integra fácilmente con la nata, sin embargo, si seguimos conseguiremos una crema liquida y sin ningún grumo. Cubrimos con film transparente a piel, esto quiere decir que el plástico toque la crema para que no se forme costra. Lo metemos en la nevera. En mi caso lo preparé la noche antes.
Ahora vamos a por los bizcochos, los cuales también hornee el día anterior para ir adelantando trabajo y que estuviesen bien fríos para montar la tarta.
Lo primero que haremos será separar las claras de las yemas. En un bol amplio, ya que será el que utilizaremos para hacer toda la masa, ponemos las yemas y el azúcar y batimos hasta que la mezcla claree y espume.
En otro recipiente apto para microondas ponemos el chocolate blanco bien troceado y la mantequilla. Derretimos en el micro a intervalos pequeños removiendo de cada vez para que no se queme el chocolate.
Ahora pasamos a montar la claras junto con la sal a punto de nieve, igual que hicimos con el bizcocho de la semana pasada.
Ahora que ya lo tenemos todo preparado empezamos a hacer la masa. Primero integramos el chocolate blanco en la mezcla de yemas y azúcar.
Después, con movimientos envolvente ayudándonos con una lengua vamos integrando las claras. De poco a poco hasta que tengamos una masa homogénea.
Finalmente tamizamos la harina y la levadura de dos o tres veces e integramos igual que las claras, con movimientos envolventes.
Cuando tengamos la masa lista vamos a preparar los moldes. Igual que en la tarta anterior, untamos con mantequilla todo el molde, enharinamos y ponemos un circulo de papel de horno en el fondo. Podéis ver el paso a paso en la receta anterior pinchando aquí.

Repartimos la masa en dos moldes y horneamos con el horno precalentado a 180ºC unos 20 minutos aproximadamente. Deberéis ir controlándolo por si acaso, para que no se hagan demasiado y queden secos. Después dejaremos los bizcochos desmolados enfriando sobre una rejilla. Ya sabéis que mi truco para que pierdan un poco de copete y tener que recortar menos es dejarlos boca abajo. Así, la parte alta se aplana.
Al día siguiente en mi caso, con los bizcochos y el ganache bien fríos, me dispongo a construir la tarta. Lo primero es montar el ganache. Si vemos que está demasiado duro y que es imposible batirlo solo tenemos que dejarlo un rato fuera de la nevera. Mi nevera  enfría demasiado y no me di cuenta de sacarlo con antelación ya que casi me desperté, desayuné y me puse manos a la obra, así que hice algo que igual no es lo mejor. Le di unos toques de microondas en el modo de descongelar para que reblandeciera un pelín.

Veremos que al montar el ganache aumenta de tamaño y será suficiente para cubrir bien la tarta.
Comienza el juego. Con la ayuda de una lira corté los bizcochos por la mitad para tener más capas. También preparé un almíbar simple hirviendo la misma cantidad de agua y azúcar hasta que el azúcar estuvo completamente disuelto. Y por comodidad, puse el dulce de leche en un bol para poder cogerlo más fácilmente con la espátula. Este dulce de leche lo compré en Mercadona y os lo recomiendo 100% porque está de muerte.

Utilicé el sobrante de haber hecho las circunferencia de papel de horno para los moldes para cubrir la bandeja de la tarta ya que es la que puse al decorar la tarta. Está partido en dos para poder tirar y que salgan fácilmente.
El primer paso es mojar bien el bizcocho con el almíbar.
Ponemos una capa generosa de dulce de leche y lo extendemos hasta los bordes. No pasa nada si se sale un poco. Después no se notará.
Así vamos haciendo con todas las capas: Bizcocho - almíbar - dulce de leche.
Por último ponemos la tapa. Mi consejo es utilizar una de las bases, impregnarla con el almíbar y colocarla boca abajo, para que la parte más lisa quede hacia el exterior.
Llega el momento de cubrir la tarta. Primero ponemos una capa fina de ganache que se llama la recoge-migas. Esta capa se emplea para retener todas las migas que se desprenden de la tarta cuando la manipulamos. Se notarán los bizcochos, pero no pasa nada porque después pondremos una capa más generosa y quedará todo bien cubierto. Tenemos que meter la tarta en la nevera para que el ganache se endurezca y poder extender la segunda capa de chocolate. Unos 10 minutos será suficiente.
Extendemos la segunda capa siendo generosos e intentamos dejarlo lo más liso posible. Si no queda perfecto no pasa nada. Como veis en la foto, no me molesté mucho en alisar la parte de arriba ya que la iba a cubrir con distintos chocolates.
Para decorar la tarta utilicé un sin fin de "porquerias" deliciosas. Escoged las cosas que más os gusten y ponerlas a discreción, porque nada más se pongae la tarta en la mesa habrá una mano indiscreta que ira a por su chocolate favorito.
Yo la decoré de esta manera, como un popurri. Definitivamente compré chocolates de más, pero por eso no hay problema porque encontramos una solución rápida y eficaz de deshacernos de todo jajaja
Como era para un cumpleaños no podían faltar las velas en el centro y como extra puse un par de bengalas que compré en un bazar.
En esta foto tan poco artística podéis ver el interior. Las capas no me quedaron muy homogéneas pero no pasa nada, el sabor y la alegría al comer la tarta son las mismas.
Espero que os haya gustado esta tarta y si la probáis no dudéis en contármelo.
Nos vemos la próxima semana con una nueva receta.

Muack!
Sofía G. Llaca

No hay comentarios:

Publicar un comentario