martes, 31 de diciembre de 2019

Galletas de canela para Navidad

¡Buenas tardes! ¿Qué tal lleváis el último día del año? Por aquí va tranquilito aun, pero ya veremos que tal se nos dan los preparativos. La verdad es que me encanta pasar la tarde con mi madre preparando los platos de embutidos y de quesos, los demás entremeses, la mesa de dulces y todo lo demás. Podría decir que es de lo mejor de las fiestas. Adoro la Navidad y todo lo que ello conlleva y solo espero que esa ilusión no se me pase nunca.

Empecé las fiesta preparando unas galletitas de canela para decorarlas con mis amigas. Aunque la verdad es que estuvimos tanto dandole a la sin hueso que no decoramos ni una, eso si, alguna comimos.


INGREDIENTES:

250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
250 gr. de azúcar blanco
1 huevo
500 gr. de harina
1 cucharadita de canela


PREPARACIÓN:

Comenzamos blanqueando la mantequilla y el azúcar. Esto quiere decir que lo vamos a batir hasta que quede una textura cremosa y blanca y además no debemos notar los granitos de azúcar.

Añadimos el huevo y volvemos a batir hasta que esté integrado.
A continuación tamizamos la harina y la canela y lo integramos a la mezcla. Cuando se empiece a despegar de las paredes del bol estará lista. Es mejor no sobre amasar la masa.

Ponemos la masa sobre la superficie de trabajado y la juntamos en una bola o un churro, lo que nos resulte más sencillo. Lo partimos en dos para manejarlo mejor y con la ayuda de dos papeles de horno estiramos la masa hasta tener una plancha de medio centímetro mas o menos.
Dejamos que repose la masa una media hora o una hora como mínimo hasta que coja firmeza para poder cortar bien nuestras formas. Además al estar fría la masa se desparramará menos en el horno.

Sacamos una placa de masa después de reposar y vamos cortando las galletitas con el cortapastas que más nos guste y las ponemos en una bandeja un poquito separada. No hace falta separarlas tanto como cuando hacemos las cookies ya que al estar frías evitamos que desparramen en el horno y pierdan su forma.

Un truco para que la forma de la galleta se corte de manera limpia y ni se quede pegada al cortador es mojar el cortapastas en harina antes de utilizarlo. Y otro truco es que la masa esté bien fría.
Vamos cortando las galletas y horneándolas de poco a poco. Mientras unas se hacen  preparamos las demás, manteniendo siempre la masa en la nevera. Los sobrantes de masa los volveremos a unir y hacer el mismo proceso de estirarlo entre dos hojas de papel de horno y dejarlas reposar en la nevera, después cortar y hornear.
Hornearemos las galletas en el horno precalentado a 180ºC con calor por arriba y por abajo durante unos 9-10 minutos más o menos. Como ya sabéis depende un poco de cada horno por lo que lo mejor será estar pendiente y cuando vemos que se empiezan a dorar un poquito los bordes las saquemos. Son unas galletas claritas, por lo que no debemos esperar a que estén doradas porque nos quedarían duras.
Ya veis que son unas galletas muy sencillas y perfectas para hacer formas divertidas y después decorarlas con chocolate o glasa real. Yo aun no me he atrevido con la glasa, pero espero que este 2020 afronte este retro y otros tantos. Hasta ahora yo suelo decorar las galletas con los lápices pasteleros que podemos encontrar en los supermercados. ¿Os acordáis de las que preparamos hace un par de años? Esas galletitas de jengibre en forma de muñequitos y de renos. Podéis ver la receta pinchando aquí.
Bueno y ya toca despedirse. Despedirse por hoy, despedirse del 2019 y despedirse de la década. Parecen muchas despedidas a la vez, pero no es algo triste, si no todo lo contrario. Mañana es un nuevo comienzo, para coger el 2020 con ganas, de comenzar con los nuevos propósitos que este año nuevo si intentaremos cumplir y de afrontar nuevos retos.

Espero que hayáis tenido un bueno 2019 y que el 2020 sea aun mejor, que lo paséis con gente que suma y os quiere y que las sorpresas que vengan siempre sean buenas.

Nos vemos el año que viene con nuevas recetas y nuevas ilusiones.

Muchas gracias por acompañarme receta tras receta.
¡Feliz año nuevo!

Muack!
Sofía G. Llaca

lunes, 9 de diciembre de 2019

Mantecado Imperial o Mantecado de Avilés

¡Buenos días de lunes! Que bien sienta un lunes sin despertador. Tanto que no he querido esperar a mañana para subir receta. Últimamente he estado tan ocupada con el trabajo que aun teniendo una receta preparada no he podido publicarla, y no era esta. Es otro tipo de bizcocho que ya os enseñaré más adelante. Hoy vengo con un mantecado imperial típico de Avilés, la tercera ciudad más grande de Asturias.
Este bollo es típico de Pascua, y lo suelen regalar los padrinos a sus ahijados. Según la tradición este bollo siempre hay que regalarlo.

Para su elaboración se utilizan unos moldes específicos y se presenta como una pirámide de varios pisos como os enseño en la siguiente foto.
Molde típico. Fuente: El Comercio
Ejemplo de presentación. Fuente: La Cucharina Mágica


Este bizcocho presenta una peculiaridad especial, ya que no hay una receta que conste de medidas exactas para hacerlo. Todo depende del peso de los huevos, ya que hay que pesar los huevos que se vayan a utilizar con cáscara y pesar la misma cantidad de mantequilla, azúcar y harina. Eso es todo. Después, se prepara un glaseado para decorar. Vamos a por la receta:

INGREDIENTES:

Para el mantecado:
4 huevos (pesaron 237 gr. con la cascara)
237 gr. de mantequilla
237 gr. de azúcar blanco
237 gr. de harina

Para el glaseado:
200 gr. de azúcar glas
Agua

PREPARACIÓN:

Comenzamos poniendo la mantequilla en un cazo al baño María para que se derrita. Retiramos y esperamos a que esté a temperatura ambiente.
En un bol amplio batimos los huevos (que han de estar a temperatura ambiente) con el azúcar hasta que blanquee y triplica su tamaño.
Una vez ha bajado la temperatura de la mantequilla, la añadimos a la mezcla de huevos y azúcar y batimos hasta que esté bien integrada.

Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla con una espátula. Los anteriores pasos los hice con una batidora, pero aquí preferí hacerlo a mano.
Preparamos el molde que vayamos a utilizar, en mi caso uno alargado de bizcocho. Tenemos que enmantequillarlo bien y espolvorear un poco de harina para evitar que se pegue. Vertemos la masa, que será un poco densa.
Con el horno precalentado a 175 ºC cocemos el mantecado unos 45 - 50 minutos. Hasta al menos no haber transcurrido la primera media hora no debemos de abrir el horno. Después podemos ir comprobando con un cuchillo si está cocido, pero cada cierto tiempo, ya que cada vez que abrimos la puerta del horno la temperatura baja.

Si vemos que no está cocido pero se esta tostando demasiado, cubrimos el bizcocho con papel alval.

Sacamos una vez listo y dejamos enfriar antes de desmoldar.

Cuando el bollo haya enfriado por completo, preparamos el glaseado.

Ponemos 200 gr. de azúcar glas en un bol y vamos añadiendo agua poco a poco y removiendo hasta obtener una pasta blanca. En mi caso fui añadiendo media cucharada de cada vez hasta sumar un total de dos cucharadas y media. Queda una pasta densa, pero lo mentemos medio minuto al microondas y conseguimos una textura más fluida. Es preferible hacer esto porque si añadimos más agua quedará muy transparente una vez lo vertamos en el bollo, en vez de una capa gordita de azúcar, que es la gracia del glaseado.
Textura antes del microondas
Textura despues de 30 segundos en el microondas
Si veis que os habéis pasado con el agua, siempre podéis añadir un poquito más de azúcar glas.

Vertemos el glaseado por encima y ya tenemos esta exquisitez lista.
Como dicen que estos mantecado hay que regalarlos, yo lo he hecho para mi abuelo ya que ayer comiendo me contaba los bizcochos deliciosos que hacen sus amigos cuando va a su casa. Por la descripción me pareció que hablaba de este, así que ni corta ni perezosa me puse manos a la obra. Así que Abuelo, espero que te encante ❤️

Y hasta aquí la receta de hoy. Estoy pensando que igual este mes no subo las recetas en martes ya que caen justo para las fiestas y me gustaría adelantarme un poco. Eso si... si tengo el tiempo para hacer todo lo que quiero, que espero que así sea.

Nos vemos muy pronto con más recetas.

Muack!
Sofía G. Llaca

martes, 19 de noviembre de 2019

Lentejas caseras

¡Buenos días! ¿Qué tal estáis llevando el frío? Yo al lado de la estufa fenomenal jajaja. No... fuera de bromas, soy muy friolera pero esta época del año me gusta, y más aun ver los montes nevados cuando voy a trabajar, es una imagen que me alegra la mañana. Es uno de esos detalles que parecen insignificantes pero que te sacan una sonrisa :)

De todos modos hoy os traigo una receta de las de toda la vida para entrar en calor. Vamos a preparar unas lentejas muy sencillas pero a su vez muy sabrosas.

INGREDIENTES (4 personas generosas):
1 1/2 tazas de lentejas pardinas (son las pequeñitas)
1/2 cebolla pequeña
Perejil (al gusto)
Ajo en polvo (al gusto)
1/2 cucharadita de pimentón dulce
1 chorizo
1 paquete de jamón en taquitos
Sal

PREPARACIÓN:
En mi caso, al ser lentejas a granel, lo primero que hay que hacer es escoger las lentejas para que no se cuele ninguna piedrita. Como podéis ver en la imagen, alguna encontramos.
Ponemos las lentejas en una tartera y las lavamos un poco. Quitamos el agua y añadimos las cebolla picada, el perejil, el ajo y el pimentón.
Cubrimos con agua más o menos un dedo por encima de las lentejas. Dejamos reposar de un día para otro o si lo vamos a hacer el mismo día, es mejor dejarlas al menos 5 horas. Por lo que nada más levantarnos podemos dejarlas a remojo. Si vemos que han chupado mucho agua, echamos un poco más cuando vayamos a cocinarlas.
Aquí es nada más echarles el agua
Esta foto es una vez han reposado, que podéis ver que han crecido y absorbido un poco del agua
Una vez han estado el tiempo de remojo las lentejas, las ponemos a fuego medio. Mientras en una sartén con un chorrito de aceite vamos a freír un poco el chorizo (que habremos desmenuzado, y el jamón. No vamos a cocinarlos demasiado, lo justo para que suelten un poco de grasa.

Una vez empiezan a hervir las lentejas, añadimos el chorizo, el jamón y la grasa que hayan soltado.
Lo dejaremos de 2 a 3 horas cocinar a fuego lento. Si vemos que hace falta agua, la añadiremos fría directamente. Una vez que vemos que la lenteja ya está cocida añadimos la sal. Al llevar jamón que ya es salado, tendremos que probarlas para calcular cuánta sal necesitan.
Podemos hacer las lentejas con antelación y después darles un hervor antes de servir para que calienten de nuevo.
Y ya estaría, la comida perfecta para un domingo frío y casero. O para el día que queráis. Siempre podéis hacer de más y tomarlas al día siguiente con arroz blanco o hacerlas puré. Incluso podéis congelarlas en raciones y las tenéis siempre que queráis.
No acostumbro a subir este tipo de recetas, pero la verdad es que en esta época del año se agradecen y es lo único que apetece. Espero que os guste la receta y gracias mamá por compartirla conmigo y con todos ;)

Muack!
Sofía G. Llaca


martes, 12 de noviembre de 2019

Spaghetti alla Carbonara. La receta romana original.

Hace unas semanas fui al que seguramente sea mi restaurante italiano favorito, Los Italianos, que lo podéis encontrar en Llanes. Soy de esas personas que siempre piden lo mismo, cuando encuentro un plato que me gusta no salgo de ahí, pero el otro día decidí probar los Spaghetti alla Carbonara. La verdad que yo pensaba que si que lo había probado, pero cuando di ese primer bocado me di cuenta que nunca había tomado algo así, sabia a divinidad. Os juro que me habría pedido un plato después de otro.
Hoy voy a recrear esa receta pero se que no será tan buena. Al menos cuando no estoy en Llanes y me entra antojo puedo intentar volver a ese divino momento :)


INGREDIENTES (4 personas)
400 gr. de spaghetti  (en realidad al final utilicé tagliatelle)
1 lonchas de panceta de 1 cm. más o menos
3 huevos + 1 yema
120 gr. de Pecorino Romano o Parmigiano-Reggiano
Sal y pimienta




PREPARACIÓN:

Troceamos la panceta en dados un poco grandecitos y los cocinamos en una sartén amplia, después allí echaremos los spaghetti, a fuego medio majo para que vayan soltando el sabor y se turren bien.
Mientras en una olla grande ponemos abundante agua con sal para cocer la pasta, que agregaremos cuando empiece a hervir. Dejamos cocer el tiempo que nos indique el fabricante. Hay que dejarla al dente porque terminará de hacerse en la sartén.
En un bol a parte batiremos los huevos con la yema extra, añadimos el queso rallada (es mejor si se hace al momento, pero en caso de no tenerlo, cogemos el queso en polvo) y pimienta al gusto. Reservamos.

Cuando tanto la pasta como la panceta esté lista, pasamos la pasta directamente del agua a la sartén. No pasa nada porque caiga agua ya que eso da un punto de cremosidad y si nos queda muy seca podemos echar un poquito de ese agua que nos sobra. Damos unas vueltas para que la pasta se impregne bien del sabor y apartamos del fuego.

Con la sartén fuera del fuego añadimos la mezcla de huevo y queso y removemos rápidamente para que el huevo no se cuaje y nos hagamos unos huevos revueltos con spaghetti.

Emplatamos y rallamos un poquito más del queso por encima. Ya lo tenemos listo para morir de amor con este platazo de pasta.
Este plato es tan espectacular que me recuerda a la mítica imagen en la que tiras el micro y te vas porque ya está todo dicho. Así que dejo una última foto con la que sigo salivando y me voy hasta la próxima receta :)

Muack!
Sofía G. Llaca