martes, 20 de marzo de 2018

Porridge de avena

¡Buenos días! A desayunaaaaaar

Parece ser que llega la primavera, pero no se si creérmelo del todo con este frío invernal. Pero que eso no nos frene. Por esta razón hoy he querido un desayuno con un poco de color para alegrarnos la mañana, pero aun así calentito para entrar en calor.

El desayuno que os propongo es porridge o gachas de avena, un desayuno muy nutritivo que nos mantendrá saciados hasta la comida.

La avena es un cereal muy completo y saludable que nos aporta una gran fuente de fibra, contribuye a disminuir el colesterol, refuerza el sistema inmunológico, regula la digestión... Una buena lista de beneficios que nos convencerán de empezar a incorporarlo en nuestra dieta. Vamos a ver una rica forma de hacerlo.

INGREDIENTES:

1 vaso de leche vegetal, de avena en mi caso
4 cucharadas de copos de avena
Sirope de agave (opcional)
Toppings (nueves, moras, bayas de goyi...)

PREPARACIÓN:

Ponemos todos los ingredientes excepto los toppings en un cazo a fuego medio hasta que rompa a hervir, sin olvidarnos de removerlo cada poco para que no se pegue. Dejamos que hierva un poco hasta que obtengamos la textura deseada. Tiene que esperar un poco, pero estará mejor si no se nos seca demasiado.

Servimos en un bol y dejamos reposar un par de minutos antes de añadirle los toppings, de este modo también enfriará  un poco.
Podemos añadirle lo que queramos, frutas, frutos secos, semillas... En esta ocasión lo que tenía en casa eran frambuesas, nueces, bayas de goyi y coco rallado.
¿Vosotros que le añadiríais al porridge?

Espero que os guste y os animéis a darle una oportunidad a este desayuno.
¡Feliz comienzo de la primavera!
Muack!
Sofía G. Llaca

martes, 13 de marzo de 2018

Tarta de queso al estilo NY. New York Cheesecake

¡Buenos días! Hoy estoy muy contenta poorque vengo con una receta que me gusta mucho. Nunca fui muy fan de las tartas de queso, no se por qué. Pero he encontrado la que yo creo se ha convertido en mi favorita. Es super suave y cremosa, pero lo que más me gusta es que sin nada de mermeladas ni añadidos está deliciosa. Quizá es porque tiene un ligero toque a limón y eso me encanta.

La receta de esta tarta de queso al estilo New York la encontré en el libro Nueva York: las recetas de culto. Sin duda tiene un montón de recetas interesantes, pero por ahora esta es mi preferida. Eso sí, con algunas variaciones en cantidades y he quitado la vainilla, porque es un sabor que no me gusta mucho, pero que vosotros podéis añadirle.

Vamos con la receta. Ya veréis que es muy sencilla, pero el truco está en el horeado.

INGREDIENTES:

Base:
12 galletas tipo Digestive (180 gr.)
90 gr. de mantequilla derretida
20 gr. de azúcar

Relleno: 
600 gr. de queso de untar (tipo Philadelphia que no sea light)
175 gr. de azúcar
1 pizca de sal
45 gr. de harina
1 limón (zumo y ralladura)
500 ml. de nata (30 % materia grasa)
6 huevos

PREPARACIÓN:

Lo primero que haremos será precalentar el horno a 175ºC.

Comenzamos la tarta haciendo la base. Trituramos las galletas y las juntamos con la mantequilla y el azúcar hasta hacer una pasta. Enmantequillamos un molde desmontable (yo usé un molde redondo de 26 cm.) y forramos el fondo con la mezcla. Tenemos que asegurarnos de que quede bien prensado y homogéneo. Horneamos durante 8 minutos. Cuando saquemos la base del horno, subiremos la temperatura a 225ºC.
Mientras se hornea la base, haremos el relleno. En un bol amplio (podemos usar una máquina amasadora, como hice yo) vamos batiendo enérgicamente los ingredientes del relleno respetando el orden de la lista de ingredientes. Primero batimos el queso con el azúcar. Después vamos añadiendo la sal, la harina, el limón, la nata y los huevos de poco a poco. Para añadir el siguiente ingredientes tendremos que esperar a que el anterior se haya incorporado bien.
Para cuando terminemos el relleno posiblemente ya hayamos sacado la base del horno y la temperatura haya subido a 225ºC. En este momento vertemos el relleno en el molde y damos unos golpecitos para que suelte un poco las burbujas que se puedan haber creado.
Metemos la tarta al horno durante 10 minutos a 225ºC. Sin abrir el horno, bajamos la temperatura a 90ºC y dejamos unos 50-60 minutos más. Apagamos el horno y dejamos que la tarta atempere en el interior, ya que si la sacamos, el contraste de temperatura hará que se raje.

Antes de poder degustarla, la tarta deberá atemperar por completo. Es mejor hacerla de un día para otro y guardarla en la nevera una vez que esté a temperatura ambiente. Pero bueno estos días que no hace mucho calor aun yo la tengo fuera de la nevera.
Y ya está. Ya veis que solo es "echar" los ingredientes a un bol y batir bien. Después lo que tenemos que hacer es jugar con el horno y dejar que enfríe dentro para que no se nos raje. Y os prometo que merece la pena.

Eso si, queda una tarta bastante grande, yo creo que podrían sacarse hasta 12 porciones no muy grandes. Yo lo que hice fue repartirla entre mis familiares, y estaban encantados. Si no, siempre podéis hacer la mitad en un molde más pequeño.
Espero que os guste esta receta y os animéis a probarla. Si es así, no dudéis en contárnoslo porque nos hace muchísima ilusión.
¡Hasta la semana que viene!
Muack!
Sofía G. Llaca

martes, 6 de marzo de 2018

Fabada asturiana

¡Buenos días! Primer martes de marzo y venimos con una receta muy especial. Hace un par de semanas os mostré una foto de una fabada por Instagram y fue todo un éxito, así que os pregunté por allí si os gustaría ver la receta. Ya podréis imaginaros la respuesta viendo que aquí tenemos a la estrella de la gastronomía de la tierrina.

No me quiero extender mucho en la intro porque si no la entrada de hoy se puede hacer eterna y quiero explayarme bien en la explicación, asi que vamos a ello.

¡Tachán tachaaaaán, aqui viene la fabada!

INGREDIENTES (para 4 personas):

500 gr. de alubia blanca de fabada (100-125 gr. por persona)
1 chorizo
1 morcilla de gusto
1 trozo de panceta fresca entreverada (osea, que tenga un poco de jamón)
1/2 cebolla picada
1 cucharadita de pimentón dulce
Ajo en polvo y perejil al gusto
Sal

PREPARACIÓN:

La noche anterior lavamos las alubias primero y luego las dejamos a remojo en agua fría (que las cubra bien) con la cebolla, el pimentón, el ajo y el perejil. Esto tenemos que hacerlo en la cazuela en la que vayamos a hacer la fabada.
A la mañana siguiente, si han chupado mucho agua es que la alubia en un poco más vieja y puede tardar más en cocer, así que volvemos a echar agua fría hasta que las vuelva a cubrir. Si no han chupado tanta agua (la alubia es más nueva), no hace falta añadirla.

Ponemos la cazuela a fuego medio para que empiece a hervir. Cuando este hirviendo le echamos el compango, es decir el chorizo, la morcilla y la panceta fresca. En este caso lo hacemos troceado, pero hay quien lo prefiere entero.
Al añadir el compango dejará de hervir, así que tenemos que dejar que vuelva a hacerlo. En el momento que rompa a hervir de nuevo, bajamos el fuego y dejamos que vayan cociéndose a fuego lento, tienen que ir al "chof chof" despacito, y vigilando que no se queden secas. Si pasa es cuando hay que "asustarlas", que es echarles agua fría. Si las asustamos, no hay que volver a subir el fuego, si no que hay que esperar a que a fuego bajo recuperen la temperatura. Es una receta lenta pero que merece la pena para que salgan perfectas.

Dejamos cocer a fuego lento entre 3 y 5 horas. Todo dependerá de cuan fresca sea la alubia. Cuanto más fresca menos tardará, ya que son más tiernas. Sabremos que están listas cuando la alubia se empiece a abrir. En este momento bajamos más aun el fuego (al mínimo) y salamos. Las dejaremos al mínimo durante una hora más, hasta el momento de comerlas. Es muy importante durante esta hora el punto de sal, por si es necesario corregirlo.
El truco es que la fabada se haga al "chof chof" muy despacito. Por eso la tenemos haciendo toda la mañana. Si aun queda mucho para comer, lo que podemos hacer es que siga "al 1" si tenemos cocina de inducción/vitrocerámica o apagar el fuego si es de gas y ya una hora antes es cuando la salamos como os dije antes. En el caso de apagar el fuego, deberemos volver a calentarlas hasta que rompan a hervir de nuevo, bajar el fuego a lo mínimo que podamos y en ese punto añadir la sal. 

El motivo de que se cocine tan despacio es para que el caldo de la fabada engorde y no tengamos que alterarla, como en algunos casos que hay quienes machacan algunas alubias o hasta le añaden harina. Haciéndolo de este modo no será necesario. 

NOTA SUPER IMPORTANTE: Nunca revolver las alubias, es decir, que ninguna cuchara o cualquier otro utensilio las toque. Si queremos moverlas un poco, meneamos la cazuela. Esto es así para que la alubia no se rompa.

NOTA IMPORTANTE 2: Esto puede parecer una tontería, pero no lo es. El agua es muy importante, por eso, si vivís en una zona donde el agua tiene mucha cal, es mejor que hagáis la receta con agua embotellada, porque si no no cuecen las habas bien. 

NOTA IMPORTANTE 3: Nunca quitarles un ojo de encima. Es una receta que no requiere mucho trabajo, ya que es simplemente echar los ingredientes, pero hay que estar vigilandolo de vez en cuando para que no se queden secas. Ya sabéis que si chupan el agua, lo que hay que hacer es "asustarlas".

Después de hacer la fabada tan despacito no hay mejor recompensa que un manjar como este. Y si sobra veréis que al día siguiente está incluso mejor. Hay quienes la preparan de un día para otro por este motivo.

Y después de este testamento ya estaría. Me he extendido mucho porque quería explicarlo muy bien. Estoy segura de que otras familias la harán de manera diferente, por eso quiero aclarar que esta es la manera en la que se ha preparado siempre en mi casa, pero cada uno tendrá sus truquitos y maneras para prepararla a su gusto. 
Esta receta es como mi bisabuela enseñó a mi abuela, ella a mi madre, mi madre me ha enseñado a mi y yo lo plasmo aquí para que no se me olvide nunca y vosotros podáis prepararla también. Aunque claro, cada uno puede hacer las variaciones que más le gusten, eso lo bonito de la cocina, ¿no?

También dependiendo de la zona de Asturias, podemos encontrar variaciones. Por ejemplo en la zona de Llanes (zona oriental) es típico que la fabada lleve pantruque, una masa en forma de bollo que se hace con harina de maiz. Si queréis saber más sobre ello, lo podríamos preparar en otra ocasión.

Hacía mucho que en el blog no preparábamos una receta de las de toda la vida, así que ya era hora. Y además, yo creo que como buenas asturianas que somos nos faltaba una buena fabada en nuestro repertorio.

Espero que hayáis disfrutado de esta "receta de abuela" y que preparéis unas fabadas exquisitas. Ya sabéis que las abuelas son siempre las que más saben ;)

Por cierto, no podía dejar de decirlo por aquí, y es que.... ¡¡¡el sábado hicimos 3 añitos!!! Tres años en lo que llevamos compartiendo nada más y nada menos que casi 170 recetas. No me lo puedo creer, que rápido pasa el tiempo :D

Para despedirnos os quería enseñar nuestra tarta de "cumpleblog".


Estamos haciendo un sorteo en nuestra cuenta de Instagram en esta foto. No os lo perdáis porque acaba el próximo sábado ;)

Feliz semana y hasta el próximo martes.

Muack!
Sofía G. Llaca