miércoles, 8 de abril de 2020

Pizza casera

¡Buenas tardes! Ya estamos a las puertas de la Semana Santa y aunque este año será un poco diferente, estoy segura de que encontrareis la manera de celebrar estos días. Yo por seguro que disfrutaré cocinando y comiendo cosas ricas.

No hay nada en este mundo que me  guste más que la pizza. Bueno en realidad puede que sí, pero la pizza me encanta. 
Tengo que ser sincera y admitir que yo nunca nunca la preparo, pero es que tengo un chico que es lo más y las hace deliciosas, así que ¿por qué cambiar?  Por lo que ésta es su receta aunque os la cuente yo. Lo único que puedo decir es que está brutal. Y no os digo nada de la pizza integral, que algún día la compartiré también por aquí, pero hoy vamos con esta.

INGREDIENTES:

120 gr. de harina de trigo
140 gr. de harina de fuerza
1 sobre (5,50 gr.) de levadura de panadería
140 ml. de agua
5 gr. de sal fina
Sémola de trigo

PREPARACIÓN:

Comenzamos juntando las harinas y la levadura. Añadimos el agua e incorporamos.
Añadimos la sal y empezamos a amasar.
Cuando vemos que ya esta más o menos todo "pegado", enharinamos un poco la mesa y comenzamos a amasar.
Boleamos y le damos tensión a la masa.
Espolvoreamos un poco de harina en el bol y dejamos la masa reposar hasta que doble su volumen. Tapamos el bol con un trapo húmedo.
En un papel para horno echamos sémola de trigo que nos ayudará a extender mejor la masa. Ponemos la masa encima para que coja  sémola y le damos la vuelta. De esta manera tendrá sémola por ambas caras.
Comenzamos aplastando la masa con la punta de los dedos de dentro hacia afuera limitando los bordes con las manos para conseguir que la pizza quede redonda. No llegaremos a los bordes para que se empiece a formar un borde gordito.
Seguidamente comenzamos a estirar la masa con las manos, abriendo los dedos y moviendo las manos desde el centro hacia fuera, hasta que tengamos una base fina y la pizza tenga un tamaño adecuado a la bandeja del horno. Podemos ir girando la masa para que nos resulte más sencillo.











Si pincháis aquí podéis ver un video de cómo es el proceso de estirar la masa.

En este caso hicimos una pizza diferente para no comer siempre la misma. Pusimos una base de tomate triturado con orégano y un toque de pimienta y después mozzarella. Hasta ahí todo bastante básico.
Los toppings fueron cebolla caramelizada (solo a una mitad porque a mi no me gusta mucho), bacon y medallones de queso de cabra. Después la metimos al horno precalentado a 210ºC hasta que la base estaba bien hecha. Dependiendo de cada horno se tarda más o menos. A nosotros por ejemplo este horno eléctrico nos tarda bastante más que el que teníamos antes de gas. Como siempre os digo, hay que estar pendiente
Ahora me diréis que es una pizza super normal, pero es que a mi me cuesta mucho variar en sabores y soy fiel al jamón serrano y al queso de cabra (aquí no di mi brazo a torcer). En un primer momento queríamos recrear la Cabramelizada del Domino's Pizza que es una de mis favoritas, pero en el super no había crema fresca, así que aprovechamos lo que teníamos por la nevera. Otro día haremos esa segurísimo.

¿Cuáles son vuestro sabores de pizza favoritos? Dadme ideas, porque soy lo más repetitivo que hay. Cuando encuentro algo que me encanta me cuesta muchísimo cambiar.
Estoy segura que después de esta receta más de uno esta pensando en pizza, como yo, y ya está planeando cuándo hacerla. Espero que la probéis y la disfrutéis tanto como lo hago yo.


Nos vemos la semana que viene con más cosas ricas

Muack!
Sofía G. Llaca

No hay comentarios:

Publicar un comentario